Ingredientes:
550 g. de harina de fuerza
25 g. de levadura de panadería
300 ml. de leche templada
15 ml de aceite de oliva
1 cucharilla de miel
1 huevo
10 g. de sal
Elaboración:
Preparamos la máquina con el gancho de amasar. En el bol ponemos la harina tamizada, la sal, la miel, la leche templada, el huevo y el aceite. Encendemos a baja velocidad y dejamos un par de minutos, añadimos la levadura desmenuzada, subimos a media velocidad y mantenemos amasando durante 12 minutos más. Sacamos la masa al mármol y terminamos de amasar a mano aireando la masa Formamos una bola y la dejamos en un bol enharinado tapada con un paño en un lugar templado (yo lo dejo en el horno a 25º con un recipiente con agua en el fondo del horno) durante una hora hasta que fermente y doble su volumen.
Sacamos la masa del molde y desgasificamos un poco con cuidado, partimos la masa en dos mitades y con éstas hacemos dos cilindros de los que cortaremos 10 porciones de unos 40 g., un total de 20 bollitos.
Hacemos una bola con cada porción y dejamos cinco minutos tapadas con un paño. Aplastamos cada una con las manos y volvemos a bolear metiendo los bordes hacia adentro, damos la vuelta y terminamos de dar forma a la bola. Dejamos 10 y 10 en dos bandejas de horno con papel sulfurizado y llevamos 30 minutos a fermentar al horno como antes.
Sacamos del horno las bandejas y encendemos a 225º para precalentar durante 10 minutos. Pintamos con agua los bollitos, echamos unas semillas de sésamo por encima y horneamos durante 12 minutos a 200º en la parte baja del horno.
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